Los diputados aprueban nuevamente la ley de alquileres que caducó en el Senado

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La Cámara de Diputados aprobó nuevamente el proyecto de ley de alquileres que había perdido vigencia en el Senado tras no ser discutido en tiempo oportuno. Con 101 votos a favor, 31 en contra y dos abstenciones, los legisladores decidieron reintroducir el texto que busca regular los contratos de arrendamiento de viviendas y locales comerciales, en un intento por establecer un marco legal que proteja tanto a inquilinos como a propietarios.

La propuesta de ley, que en un inicio había recibido el visto bueno, regresó al Congreso ya que el Senado no logró discutirla dentro del tiempo estipulado por las normas, lo que llevó a su vencimiento conforme a los criterios legislativos. No obstante, de manera estratégica, los legisladores optaron por recuperar el texto completo y lo aprobaron otra vez para remitirlo de nuevo al Senado, con la esperanza de que esta vez se progrese hacia su deliberación final.

El proyecto establece una serie de disposiciones clave para el mercado de alquiler, entre ellas la duración mínima de los contratos, los mecanismos de actualización de los precios, los requisitos para desalojos y las obligaciones tanto del arrendador como del arrendatario. Uno de los puntos centrales del debate ha sido el equilibrio entre garantizar la estabilidad de quienes alquilan una vivienda y ofrecer suficiente seguridad jurídica a los propietarios para fomentar la oferta de inmuebles en renta.

El proyecto ha generado intensas discusiones en ambos bloques políticos. Mientras algunos consideran que la ley representa un avance necesario para enfrentar los abusos en el mercado de alquiler, otros advierten que las condiciones impuestas podrían desalentar la inversión privada en viviendas para arrendar, especialmente si no se contemplan incentivos fiscales o garantías claras para los arrendadores.

En especial, los legisladores que apoyaron el proyecto resaltaron que esta normativa responde a una urgente necesidad de regular un sector que, sin un marco definido, ha provocado conflictos continuos y perjudicado a grupos vulnerables de la sociedad. Entre los aspectos defendidos se incluye la necesidad de contratos por escrito, la imposición de límites a los incrementos unilaterales durante la duración del contrato, y la instauración de un registro nacional de alquileres.

Por el contrario, los legisladores que se opusieron criticaron la rigidez del articulado, advirtiendo que podría generar un efecto contrario al deseado, reduciendo la cantidad de propiedades disponibles para alquilar debido a los mayores riesgos asumidos por los propietarios. Asimismo, señalaron que algunos aspectos del proyecto podrían ser inconstitucionales o violar derechos de propiedad privada.

La discusión legislativa estuvo influenciada por aportes de entidades sociales y grupos de arrendatarios, quienes abogaron por una normativa que limite acciones abusivas, como expulsiones injustificadas o condiciones contractuales excesivas. Mientras tanto, delegados del ámbito inmobiliario y asociaciones de dueños pidieron ser consultados en el Senado para modificar la propuesta antes de su aprobación final.

Con esta reciente autorización, ahora el foco se dirige hacia la Cámara Alta, donde se anticipa que el asunto sea agregado para discusión en la próxima sesión legislativa. Algunos senadores han mostrado ya su voluntad de analizar el documento para añadir comentarios de expertos y de las partes interesadas. Sin embargo, permanecen inquietudes sobre si se alcanzará el consenso requerido en un órgano legislativo caracterizado por desacuerdos políticos y prioridades diversas.

En un entorno donde la obtención de una vivienda se ha convertido en un problema cada vez mayor, especialmente en metrópolis, la sanción de esta normativa podría constituir un avance significativo para organizar el mercado de arrendamiento. Sin embargo, el desafío residirá en alcanzar una regulación eficiente, equitativa y realizable, que no solo establezca reglas bien definidas sino que también proporcione mecanismos para su aplicación y supervisión. La deliberación en el Senado será crucial para decidir el futuro de esta iniciativa que, por segunda ocasión, regresa al debate legislativo.

Por Beatriz León Rojas

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